Una de las tareas mas importantes la hora de iniciarse en las artes marciales (y a que a veces no se le presta la atención que necesita) es encontrar un buen dojo o gimnasio donde comenzar nuestro entrenamiento en BJJ, Karate, Boxeo o cualquier otro tipo arte marcial.
Si tu primer acercamiento a las artes marciales se da en un establecimiento con una cultura inapropiada para el aprendizaje de las artes marciales puede que no tengas una agradable experiencia inicial. Una mala cultura de gimnasio puede retrasar, complicar o arruinar tu progreso en el entrenamiento y tu desarrollo como luchador. Ya sea que quieras aprender artes marciales buscando competir profesionalmente, para defensa personal o simplemente como ejercicio físico y pasar un buen rato, encontrar un gimnasio con valores y una buena cultura es de vital importancia.
¿A que nos referimos con la «cultura del gimnasio»?
Con la «cultura del gimnasio» nos referimos esencialmente a cada interacción humana que tienes mientras estás en el dojo (y fuera de él).
Todo, desde la forma en que los estudiantes y los entrenadores se hablan entre sí, los temas de la conversación. Además, de los valores que poseen los entrenadores e integrantes del establecimiento.
Una mala cultura en el dojo puede manifestarse de muchas maneras, pero generalmente se puede resumir como una situación en la que los estudiantes y los maestros no están en la misma página. Esto también podría significar que los entrenadores esperan cosas de los estudiantes con las que los estudiantes se sientan incómodos, como la competencia o la intensidad o frecuencia del entrenamiento.
Otro ejemplo de mala cultura dentro del gimnasio es una excesiva competencia entre los integrantes del mismo generando un mal clima de entrenamiento.
Estas son algunas de las características para reconocer un «mal dojo».
Alardeo excesivo por parte del entrenador o de sus estudiantes
En nuestro primer encuentro con el entrenador o el personal en la recepción será importante prestar atención al discurso inicial. Este, no debería centrarse en los principales logros del entrenador o de sus estudiantes mas importantes.
Esto no debería ser necesariamente un problema pero podría ser un indicio de una cultura egocéntrica y de extrema competencia que atente contra nuestro progreso.
En nuestro primer acercamiento a un dojo o un gimnasio deberíamos recibir otro tipo de información que nos sirva para entender la cultura y forma de trabajo del establecimiento. Se debería recibir una introducción sobre que se debería esperar de las clases y ser consultados sobre cuales son las expectativas como alumno.
Contratos de permanencia a largo plazo
Las escuelas que tienen contratos de compra mínima o de permanencia por 3, 6 o 12 meses deben evaluarse cuidadosamente antes de comenzar nuestro camino en las artes marciales.
Obligar a los nuevos estudiantes a asumir compromisos prolongados antes de que sepan si realmente les gustara el entrenamiento de artes marciales es una mala práctica empresarial.
Si una escuela de artes marciales o boxeo es buena no debería tener problemas para retener a sus estudiantes a largo plazo. Si un gimnasio o dojo debe recurrir a esta practica para lograr que sus estudiantes no abandonen el establecimiento es un gran indicio de que puede haber algún problema en la forma de enseñanza, con sus entrenadores o la cultura del dojo.
La actitud de «tienes suerte de estar aquí»
En general, los dojos que buscan el progreso de sus alumnos tienen una actitud gratitud de tener a cada aprendiz. Esto principalmente se ve reflejado en el seguimiento del entrenamiento por parte de los entrenadores y el trato de ellos a cada estudiante.
Pero también existen las escuelas con una mala cultura que a menudo transmiten la actitud de que deberías estar agradecido de que te den la oportunidad de entrenar con ellas. Si este es el caso, es probable que tu experiencia aprendiendo artes marciales no sea de lo mas positiva.
Por supuesto, un estudiante debe estar agradecido por el conocimiento recibido de sus entrenadores. Pero este sentimiento debe ser reciproco entre el dojo y los estudiantes.
Se habla mal de otros dojos o gimnasios
Los entrenadores y el personal de gimnasios que inmediatamente hablan mal de otras escuelas o instructores deben ser tratados con cautela.
Un dojo de calidad debe destacarse sin tener que hablar mal de las escuelas o dojos cercanos. Si hay problemas legítimos con otras escuelas o instructores, es probable que se dé cuenta de ellos a medida que se adentre en la comunidad.
Si bien la mayoría de los dojos y escuelas te ayudaran a crecer en las artes marciales y desarrollarte como luchador, existen otros que debido a malas practicas, egocentrismos por parte de los entrenadores o deficiencias en la cultura harán que tu progreso no sea tan veloz y positivo como podría serlo. Con estos consejos que hemos expuesto podrás detectar algunas de las principales características para detectar un «mal dojo».
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