En una línea: evitar referirse a factores de control externos y centrarse en los factores de control interno independientemente del resultado.
Entremos en un tema más profundo:
Un factor de control externo es cualquier factor que está fuera de nuestro control, como el resultado del juego/batalla, la conducta del árbitro, los oponentes, el entorno, el clima y más.
Un factor de control interno es cualquier comportamiento sobre el que tenemos control, como nuestra actitud hacia el entrenamiento o el entrenador, nuestra perseverancia, nuestra autodisciplina y nuestra reacción ante eventos externos (pérdida, juicio, condiciones ambientales, etc.).
Como padres debemos hacerle entender a nuestro hijo que a él y a nosotros sólo debemos interesarnos los factores de control interno independientemente del resultado.
Y si miramos las palabras que les decimos a nuestros hijos, cuando regresan de la práctica/competición/juego, ¿qué les decimos?
Sí para decir: «¿Cómo estuviste? ¿Te divertiste?»
Por no decir: «Bueno, ¿ganaste?»
Sí para decir: «¿Qué aprendiste hoy?»
Por no decir: «¿Hiciste el nuevo ejercicio?»
Si a decir – «Bien hecho por tu perseverancia y esfuerzo, veo que estás haciendo lo mejor que puedes y creo que eres capaz de más si continúas así»
Por no decir – «esfuérzate más»
Sí para decir – «Sé que perder es desagradable, también me enojo cuando no tengo éxito, enhorabuena por intentarlo y tal vez más adelante veamos qué se puede mejorar».
Por no decir – «no está mal»
Cuando le digo a un niño «nada mal» o «tonterías», reduzco sus sentimientos en lugar de darle legitimidad.
También nos molesta cuando no sucede lo que queríamos, ya sea en el deporte, en la carretera o en casa, y es molesto y está bien. Los niños tienen su propio mundo y necesitamos legitimarlo y eso los acercará a nosotros.
Muestra interés real, céntrate en tus hijos y no en otras cosas, ellos lo sentirán.